El albaricoquero necesita unas
condiciones muy adecuadas para crecer y producir frutos adecuadamente.
Aunque se trata de un árbol de hoja caduca que necesita un periodo de
frío invernal (entre unas 300 y unas 900 horas de temperatura por
debajo de los 7 ˚C, dependiendo de la variedad), al tratarse de un árbol
que florece muy temprano (entre los meses de marzo y abril, antes del
nacimiento de las hojas) es muy susceptible a las heladas tardías de
invierno o a las últimas heladas de primavera. También exige calor
estival para la completa madurez de la fruta y es bastante resistente a
la sequía. Se comporta mejor en exposiciones aireadas y soleadas de las
mesetas y colinas que en las llanuras. La mejor altitud para su
cultivo es la de 200-500 m.
En cuanto al suelo, aunque es es poco exigente
prefiere suelos cálidos, secos, ligeros, profundos y calizos, no
adaptándose a los suelos fuertes, fríos y húmedos. La permeabilidad del
subsuelo tiene una gran importancia en este cultivo, pues todo
estancamiento de agua perjudica al albaricoquero. En tierras profundas
toma un gran desarrollo y los frutos son de buena calidad. En malas
tierras (laderas secas), los árboles se desarrollan menos pero los
frutos son más perfumados.
tomado de :
infoAgro.com.
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